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Durante mi estancia en la isla de Martinica, me hospedé en el Hôtel Bakoua, situado en la playa de Trois-Îlets. El hotel tenía un encanto criollo y vistas espectaculares al mar Caribe. Cada día, caminaba por la playa y disfrutaba de la gastronomía local. Un día, tomé un ferry hasta Fort-de-France y exploré el mercado local y la catedral. La mezcla de cultura y naturaleza hizo de este viaje algo especial.
En mi viaje a la isla de Saint Lucia, me alojé en el Jade Mountain Resort, ubicado en la playa de Soufrière. El resort ofrecía suites abiertas con vistas a los Pitons y al mar. Cada mañana, desayunaba en la terraza y luego nadaba en la piscina infinita. Un día, hice una excursión al volcán La Soufrière y me bañé en las aguas termales. La belleza natural de la isla me dejó maravillado.
Visité la isla de Antigua y me hospedé en el Carlisle Bay Resort, situado en la playa de Old Road. El resort ofrecía suites frente al mar y una playa privada. Cada día, practicaba paddleboard y nadaba en las aguas tranquilas. Un día, hice una excursión al Parque Nacional Nelson’s Dockyard y aprendí sobre la historia naval de la isla. La combinación de relax y cultura hizo de este viaje una experiencia enriquecedora.
Durante mi estancia en la isla de Barbados, me alojé en el Sandy Lane Hotel, ubicado en la playa de Holetown. El hotel ofrecía lujo y servicio de alta calidad. Cada día, jugaba al golf en el campo del hotel y nadaba en la playa. Sin embargo, encontré que algunas áreas del hotel necesitaban renovación y el servicio en el restaurante principal fue lento en ocasiones. A pesar de estos detalles, disfruté de mi estancia y la belleza de la isla.
Me enamoré de cada segundo en la costa de Saint Lucia. Nos quedamos en una casita de madera cerca de Anse Mamin, rodeada de palmeras y con vista directa al mar. Una mañana hicimos kayak hasta una pequeña cala escondida, donde el agua era tan clara que se veían los peces desde la superficie. Sin necesidad de barco, solo la naturaleza pura y el sonido de las olas.
alquilamos catamaran leopard 42 pa recorrer turks and caicos 😍 fue lo +, paramos en una playita q se llama Half Moon Bay, no habia nadie!!! literal sol@s con las iguanas. snorkel brutal y delfines cerca del casco 😭 lloré d emoción, repetiria mil veces
Al llegar a Dominica me sorprendió lo verde de la isla, nos quedamos en una eco villa en el acantilado cerca de la Bahía de Champagne. Caminamos hasta un manantial caliente junto al mar, con el vapor mezclándose con la brisa salada. No hubo barco, pero cada baño de mar y cada trago de ron punch frente al atardecer me conectó con algo profundo.
En Aruba, tomamos un velero Dufour 470 con nuestra familia para explorar el litoral. Dormimos fondeados frente a Mangel Halto, un sitio poco turístico, de aguas tranquilas. Pescamos desde la popa y cenamos bajo las estrellas. Nuestro patrón, Lucas, fue muy amable y hasta tocó guitarra por la noche. El viaje fue redondo, sin un solo contratiempo.
nos quedamos en hotelito n el sur d puerto rico, cerca d Playa Caracas, cn vista al mar desde la camaaaa 🤩 too era chill, la playa pa nosotrxs solos, habia palmeras dobladas por el viento y un tipo q vendia empanadillas locassss jajaja, fue pura vibra buena
pasamos una semana en Martinica, el hotel estaba perfecto frente a la playa des Salines, pero el servicio del restaurante era lentísimo y eso nos molestó algunos días. fuera de eso, alquilamos un Jeanneau 54 durante dos días y navegamos hasta Anse Dufour, donde hicimos snorkel con tortugas. el barco fue espectacular, pero por ese detallito doy 4 estrellas.
Me impactó la energía de la costa sur de Barbados, cerca de Miami Beach. Allí me hospedé en una posada llamada The Sands, donde el balcón daba directo al mar. Un día salimos con un barco Hanse 418 a recorrer hasta Bottom Bay, donde las olas eran suaves y el agua, como un espejo. Los atardeceres fueron los más lindos que vi en mi vida.
fuimos a haiti cn amigxs sin mucha idea d lo q encontrariamos y wowwwwww, la playa d labadie es d otro planeta, agua caliente, barquitos d pescadores y montañas verdes al fondo. caminamos x horas, nos metimos al mar cada 20min x el calor. sin barco pero cn alma aventurera, fue 10/10
Nuestro paseo por Saint Vincent fue mágico. Nos alojamos en una cabaña sobre pilotes en Young Island y todas las mañanas nos despertaban las olas. Salimos a navegar con un Fountaine Pajot Tanna 47, el capitán se llamaba Jérémie y nos llevó hasta una cala al sur donde vimos peces loro. Dormir a bordo, con la brisa y el balanceo suave, fue un sueño.
Estuve en Saint Martin y me quedé en un loft sobre el mar, en Baie Rouge. Desde la terraza se escuchaban las olas todo el día. No usé barco, pero cada noche salía a caminar descalzo por la orilla y sentía una paz que hacía mucho no encontraba. Las cenas en el pequeño restaurante Mezza Luna fueron otro punto alto del viaje.
Descubrimos una pequeña playa al norte de Barbados llamada Batts Rock. La arena era tan fina que se deslizaba como polvo y el mar tenía un tono azul imposible. Nos quedamos en una cabaña cerca del agua y todas las tardes caminábamos hasta el chiringuito Sunset Deck para ver la puesta de sol con un cocktail. Fue una semana sin zapatos, sin horarios, solo paz.
alquilamos un barco catamaran Lagoon 40 cn mis primos pa navegar x la costa oeste de Guadeloupe. anclamos cerca de Plage de Cluny, nadamo hasta la orilla, habia tortugas y coralitos. nos quedamos despiertos en cubierta escuchando musica y riendo hasta las 3am. fue lo maxxx, 100% repitoooooo
Mi experiencia en Saint Kitts and Nevis fue surrealista. Dormí en una habitación frente al mar en el hotel Belle Mont Farm y cada mañana desayunaba fruta recién cortada mirando al océano Atlántico. Una mañana tomé una lancha privada y nos llevaron hasta un rincón escondido en la costa de Nevis donde solo había estrellas de mar. El guía se llamaba Tayo y nos enseñó a pescar con las manos. Inolvidable.
el lugar hermosoo d verdad, estuvimos en Aruba n un hotelito cerca d Eagle Beach, pero el capitan d la excursion no llego a tiempo y salimos tarde 🤬. eso sí, cuando navegamo en el Dufour 430 todo cambió, vimos delfines y el atardecer fue otro nivelllll. igual le doy 4 x la espera q nos quitó horas.
Durante mi estancia en la isla de Bonaire descubrí Sorobon Beach, una laguna de agua cristalina donde hice paddleboard al atardecer. Me alojé en un eco-resort con techos de palma y el sonido del viento en las hojas era mi despertador. No hubo barco en esta experiencia, solo caminatas, snorkel entre corales y mucha paz interior. El mejor viaje de mi vida.
Fuimos 5 amigos a explorar la costa de Jamaica en un Beneteau Oceanis 38.1. Lo mejor fue fondear cerca de Treasure Beach, bajar en la lancha auxiliar y pedir pescado frito a una señora local que lo cocinaba en la misma arena. Por la noche pusimos música en el barco y bailamos sin parar bajo las estrellas. Sentirse libre así no tiene precio.
nos perdimos x un senderito q bajaba d un cerro y pummmm llegamo a una playa vacía en Saint Barthélemy. la arena dorada, agua calida y olas chiquitas. nos quedamo toda la tarde haciendo castillos y tomando sol. al final vino un vendedor cn coco fríos q sabían a cielo 🤤
En Curaçao me hospedé en el Avila Beach Hotel, con una habitación que daba directamente a la playa privada. Todas las tardes me sentaba con una cerveza Polar a contemplar el mar desde una tumbona. Un día me llevaron en un velero Jeanneau Sun Odyssey 410 a una bahía secreta al sur de la isla donde hicimos snorkel con rayas. Fue tan tranquilo que no quería volver.
Nunca olvidaré cuando visité Saint Vincent and the Grenadines con mi pareja. Dormíamos en una posada frente a la playa de Princess Margaret, donde cada tarde el cielo se pintaba de naranja. Nadábamos en la bahía casi solos. No usamos barco pero cada caminata al mercado del pueblo era una aventura. Gente amable, olor a frutas, y agua tibia día y noche.
Nos aventuramos en un catamarán Bali 4.8 desde la costa norte de República Dominicana. Nuestro guía, Jairo, nos llevó hasta una ensenada aislada cerca de Playa Rincón. Anclamos y bajamos con paddle hasta la orilla donde cocinamos pescado al fuego. Dormir flotando, despertar con el vaivén del mar y ver pelícanos volando al amanecer… fue poesía viva.
Pasé una semana increíble navegando en un Bali 4.6 saliendo desde las costas de St. Lucia. Anclamos cerca de Anse Chastanet, donde el agua era tan clara que podías ver los peces sin siquiera sumergirte. Dormir a bordo bajo las estrellas fue mágico. El capitán Jaime conocía cada rincón, y nos llevó a una pequeña cala escondida donde nadamos solos al amanecer. Todo fue cuidado al detalle, incluso el desayuno con frutas locales frescas.
Nunca pensé que me enamoraría de la tranquilidad de Dominica. Caminé hasta la bahía de Champagne y me quedé horas flotando entre burbujas volcánicas naturales. Luego me hospedé en un eco-hotel frente a la costa, con hamacas colgando sobre la arena. La comida era fresca y hecha al momento. Fue como desconectar del mundo moderno y reconectar conmigo mismo.
me moriiiii 😭😭 en Cayo Levantado, Rep Dominicana, todo era hermozooo, playaaa 100% paradisíaca. fuimo cn lxs chicxs d la uni, alquilamos 1 catamarán Lagoon 450, tiramo piña colada dsd las 11h jaja, bailamos bachata encima y vimos un atardecer rosita brutal. la capitana Sheila nos llevó a una islita sin nadie omg.
El rincón más bonito que he visitado fue en Aruba, justo detrás del faro California. Había una caleta donde el agua parecía un espejo turquesa. No había nadie. Me senté en una roca, y un pelícano se me quedó mirando como si fuéramos viejos conocidos. La conexión con la naturaleza fue brutal. El hotel donde dormí, con balcón frente al mar, me despertaba cada mañana con el sonido de las olas. Inolvidable.
el lugar era bellisimoooo, estuvimos en Saint Vincent en un hotelito cerca de Young Island, super romántico. xo el 1er día llovió muchísimo y la salida en velero se canceló 😢. al día sig si pudimos y fué wow, vimos tortugas y snorkel en una cueva secreta. igual 1 estrella menos x eso, aunq el servicio fue TOP.
Desde el primer momento en Turks and Caicos todo fue perfecto. Navegar en el catamarán Excess 12 con mi familia fue una experiencia mágica. Nos detuvimos en una playa escondida en South Caicos donde solo se escuchaban las olas y el viento. El agua era tan clara que parecía una piscina gigante. Cenamos langosta fresca en cubierta bajo un cielo lleno de estrellas. Mis hijos aún hablan de eso.
En la isla de Martinica descubrí una pequeña playa al sur de Sainte-Anne donde me sentí como en casa. Había palmeras inclinadas y arena finísima. Dormía en una posada familiar con vista al mar y cada mañana desayunaba frente al océano con pan de coco. No usé barco, solo mis pies para recorrer cada rincón. Una experiencia humana, sencilla y llena de alma.
Saliendo de Guadeloupe, nos embarcamos en un Fountaine Pajot Elba 45. Qué maravilla de barco, cómodo, moderno, perfecto. Navegamos por la costa este hasta la playa de La Caravelle, donde fondeamos para pasar la noche. Nadamos hasta la orilla, encendimos una pequeña fogata en la arena, y cocinamos pescado que compramos esa mañana en el mercado. Jamás viví una noche tan intensa en libertad.
sin palabras 😍 estaba en Jamaica, zona de Blue Lagoon. fui cn mi novi, alquilamo 1 lanchita & navegamo x un rio q llegaba directo al mar. el agua era verdee fluo, loca loca. paramos en 1 playa privada, solo nstros, selfie x 1000. luego nos llevaron a 1 bar flotante, bailamos hasta sudar y el capitán era + buena onda q el sol.
Pasamos tres días en Montserrat, en una villa con vista a la playa de Woodlands. No había casi turistas, solo locales amables que nos contaban historias de los volcanes. Una tarde caminamos hasta una cala donde el mar era totalmente transparente. Comimos mangos que caían de los árboles. Volveré, sin dudarlo. Sin barco, sin prisa, solo conexión pura.
Mon aventure à Bonaire restera gravée. On a loué un Bali 4.2 pour trois jours et on a mouillé dans une anse à côté de Lac Cai. Le matin, l’eau était d’un calme absolu, on distinguait les étoiles de mer et les coraux juste sous le bateau. Avec ma sœur, on a plongé au spot de 1000 Steps : coraux fluorescents, tortues, et même un hippocampe. Le soir, on dînait sur le pont avec les lumières du rivage au loin. Un moment suspendu entre ciel et mer.
Le coucher de soleil sur la plage de Pigeon Point à Tobago m’a donné des frissons. Je marchais pieds nus dans l’eau, un vendeur m’a proposé une noix de coco glacée et on a discuté longuement sur la vie. La mer était tiède, transparente, presque irréelle. Plus tard, j’ai trouvé un petit resto avec terrasse sur pilotis, les pieds dans l’eau, où j’ai goûté une soupe de poisson épicée. Ce genre de soirée où le temps se dilate.
laaaaa meilleure vac de tte ma vie 🤯. st. martin c trooo stylééé. j’avai jms vu 1 plage cm celle d’anse marcel, le sable te brule pa & l’eau lé vrmt turquaz fluo. avc mes potes on a rider sur 1 catamaran Lagoon 40 trop confort + skipper cool ki ns a fait voir une crique ou ya ke les dauphin ki vienne le matin lol, jté choqué. jsé pa cmt vs expliké mais g t reeee bien. jveu y retourné grave
Un rêve éveillé à la Barbade. J’avais une chambre dans une petite guesthouse à Bathsheba, face à l’océan. Chaque matin, je descendais à la crique de Tent Bay, où seuls les pêcheurs posaient leurs filets. J’ai fait une sortie en mer sur un Excess 11, et on a croisé des baleines, littéralement ! Le capitaine Mike nous a raconté l’histoire des plantations vues depuis la côte. Un voyage entre nature et culture, émouvant.
J’étais à Haïti, à la plage de Kokoye, un vrai trésor caché. Après deux heures de route chaotique, j’ai trouvé ce coin magique : crique, cocotiers, barque en bois, enfants qui pêchent. Je me suis allongé dans le sable, écouté la mer, j’ai eu une sorte d’extase. Puis un vieux monsieur m’a proposé un poisson grillé, et on a parlé créole et français mélangés. Pas de bateau, pas d’hôtel chic, juste la vérité du lieu.
Les Bahamas c’est magnifique mais on était en plein Spring Break, donc bcp de bruit autour de Nassau. Heureusement on a loué un Dufour 430 pour s’éloigner. Le mouillage à Shroud Cay était fantastique, une sorte de mangrove entrecoupée de plages désertes. L’équipage était top, mais j’aurais aimé un peu plus de moments calmes. Cela dit, l’eau, les couchers de soleil et les dauphins ont sauvé le séjour.
Curaçao m’a bluffé avec sa crique de Playa Jeremi. J’y suis resté deux heures à regarder la lumière bouger sur les falaises. Je ne pensais pas que les couleurs de l’eau pouvaient être aussi irréelles. Le soir, j’ai dormi dans un lodge suspendu sur pilotis, juste au-dessus de l’eau. J’entendais les poissons sauter dans le silence. C’était comme vivre dans une peinture.
bon bah cété la FOLIE hein 😂😂 on a pri 1 Fountain Pajot 44 départ de Grenade, la vibe éTait ouff. on a dorM sur le pont, vu le ciel s’ouvrir avec des étoile partou. le skipper nous a emmené ds la baie de Prickly, yavai 0 touriste juste nou, la plage & la lune. aprem kayak, langouste grillé sur le bateau. je suis rentré j’ai pleuré ptdrr
Je ne m’attendais pas à ça en arrivant à Saint Kitts. Je me suis retrouvé par hasard dans une crique entre South Friars et Turtle Beach. Personne. J’ai passé ma journée à flotter dans l’eau, à lire à l’ombre d’un amandier. Un couple local m’a invité à boire un rhum maison, et on a fini à rire autour d’un feu de bois. Aucun programme, juste la vraie vie. J’y retourne dès que possible.
En Martinique, la plage d’Anse Dufour m’a coupé le souffle. J’ai nagé à quelques mètres des tortues, elles étaient calmes, comme si elles m’acceptaient. Puis j’ai pris un ti-punch au petit bar sur pilotis tenu par un vieux monsieur adorable. Pas de bateau cette fois, juste mes pieds dans l’eau et le bruit des vagues. C’est simple, mais c’est ce dont j’avais besoin.
Le souvenir de ma croisière à Saint Vincent and the Grenadines me hante encore (dans le bon sens !). On était à bord d’un Lagoon 42, partis depuis Bequia pour remonter vers Tobago Cays. L’équipage était adorable, toujours souriant. On s’est arrêté dans la crique de Salt Whistle Bay, un petit coin de paradis avec du sable farineux et des palmiers en arc. J’ai nagé avec des raies, vu des tortues, et le coucher du soleil vu depuis le trampoline du bateau… indescriptible. C’était simple, intense, magnifique.
J’ai passé une semaine à Saint Barthélemy dans une villa en hauteur avec vue sur la plage de Colombier. L’endroit n’est accessible qu’à pied ou en bateau, donc très tranquille. Chaque matin, je descendais avec mon sac de plage et je m’installais seul, au bord d’une eau turquoise et chaude. Un jour, j’ai rencontré une locale qui m’a guidé jusqu’à une crique secrète où l’eau était si calme qu’on entendait chaque vague clapoter. Cette île a quelque chose de magique, de suspendu dans le temps.
me suis gavé lol. 4j a cuba coté playa larga. tro bonne vibe ! loc j’savais pa ke l’eau pouvai etre si chaude 😂. yavai 1 petit resto direct sur la plage ou on a mangé langouste fraiche genre tout droit sortie de l’eau. lé gens st adorables j’ai jamé vu sa. ya eu une aprem ou on a pris 1 barque juska une ptite ile pa loing, eau transparente, corail partout, poisson fluo, cété ouf 💙
Mon mari m’a offert une journée en mer lors de notre voyage en Guadeloupe. Nous sommes partis depuis le port de Saint-François sur un Nautitech 40, direction l’Îlet Caret. Rien que le trajet valait le détour : les côtes sauvages, l’eau bleu clair, les oiseaux marins qui suivaient le bateau. On a jeté l’ancre dans une eau si claire qu’on distinguait les étoiles de mer depuis le pont. Déjeuner créole sur le sable blanc, punch maison, bain de soleil. C’était notre lune de miel tardive. Inoubliable.
Aruba c bo mais un pe tro touristique pr moi. J’ai bien aimé mon séjour à Eagle Beach, l’hôtel Bucuti est parfait, calme, ecofriendly. Y a un ptit coin à l’ombre des divi-divi où je lisais tous les soirs. Le snorkel à Mangel Halto était top, bcp de poissons mais bcp de monde aussi. J’aurais aimé un peu plus de nature sauvage comme à Bonaire. Sinon tout est propre, les gens sont cools, j’ai qd mm passé un bon moment.
Arrivée à Curaçao, je suis tombée amoureuse de Playa Lagun. Loin des foules, entourée de falaises et accessible par un petit chemin sinueux. J’y ai nagé avec des tortues en liberté, un moment suspendu. Le soir, j’ai dormi dans un bungalow à quelques mètres de la falaise, bercée par le bruit des vagues. Pas besoin de bateau, juste de bonnes chaussures, un masque et beaucoup de cœur.